miércoles, 3 de noviembre de 2010





NUESTRO ROSTRO INTERIOR :   
LA   AUTOIMAGEN

Hace años se descubrió que “el rostro interior” que cada uno tenemos, es nuestra autoimagen y el valor que le otorgamos, a partir de ella, a nuestra persona.
La personalidad tiene el rostro que le damos, por consiguiente eso es lo que determina cómo nos sentimos, lo que explica que al cambiar la mirada interna cambiamos nuestra forma de valorarnos, acentuándose el talento y las capacidades.
La autoimagen es la clave de la personalidad pues a partir de ella nos movemos en el mundo, diferenciándonos unos con otros.
Al ampliar la imagen interna,  logramos transformarnos en seres más felices, modificando también el entorno.
La autoimagen se forma a partir de las experiencias personales del pasado, desde lo que experimentamos y no tanto desde lo que hemos aprendido a través del intelecto y que puede ser modificada en el presente con trabajo y perseverancia.  
Lo que vivenciamos en el pasado, la mente lo guardo cómo real aunque no lo haya sido.
Recuerden el ejercicio de imaginarse mordiendo un limón.
Por esto es tan importante que a la auto imaginación le incorporemos desde el pensamiento características acordes a la personalidad que deseamos tener, sosteniéndolos cómo mínimo durante 21 días, lapso que la mente necesita para procesar y afirmar un nuevo concepto.
Cuando no nos sentimos conformes con nuestra autoimagen, es el mecanismo creador quien nos avisa a través de diferentes sensaciones que necesitamos hacerle un cambio.

Con amor y cariño, nos seguimos pensando e imaginándonos cómo deseamos ser. Lily y Pato.