miércoles, 25 de abril de 2012

LA ENFERMEDAD COMO CAMINO IX


LA ENFERMEDAD COMO CAMINO IX

El que vive en este mundo y no sabe que todo lo que ve y siente “es él mismo”, cae en el engaño y en el espejismo, como ocurre cuando soñamos que nos parece real mientras dura. Hay que despertar del gran sueño de nuestra existencia para descubrir el espejismo. Es decir, entender que todo lo que somos y no aceptamos, lo proyectamos hacia afuera, en situaciones o personas que nos muestran esa parte que no reconocemos poseer y que criticamos en ellas.

NUESTRA SOMBRA NOS ANGUSTIA pues estamos convencido que es la totalidad de aquello que queremos desterrar de este mundo para que éste fuera santo y bueno, pero ocurre todo lo contrario, la sombra es todo aquello que le falta reconocer como propio a nuestra personalidad y es lo que nos hace enfermar, pues el no reconocimiento nos hace incompletos.
Preguntar por la verdadera causa de nuestra “herida” (enfermedad), es atreverse a descender a las oscuras partes (sombras), o sea lo no asumido en nosotros.
Asumir y encarar esa parte oscura (ej: envidia, celos, rencor, odio, miedos, etc), es lo que nos ayuda a sanar (curarse de la enfermedad, ej, un simple resfrió).

Esta es la clave para lograr la curación, pues un “síntoma”, siempre es una parte de la sombra que se a introducido en la materia para que tomemos conciencia de esa parte no asumida.
 Por el síntoma experimenta el ser humano aquello que no ha querido experimentar concientemente.
No es de extrañar que nos gusten tan poco nuestros síntomas ya que nos obligan a asumir aquellos principios que nosotros repudiamos y entonces proseguimos nuestras luchas contra los síntomas, sin aprovechar la oportunidad que se nos brinda de utilizarlos para completarnos.

Nuestro cuerpo es espejo de nuestra alma (que es perfecta); él nos muestra aquello que nuestra alma no puede reconocer más que por su reflejo (lo que vemos afuera), pero de que sirve el espejo por bueno que sea, si nosotros no nos reconocemos en la imagen que vemos?

Con todo amor, nos seguimos pensando, Lily y Pato.

miércoles, 18 de abril de 2012



LA ENFERMEDAD COMO CAMINO VIII
LA SOMBRA (continuación)
LEY DE RESONANCIA

Sólo podemos conectar con aquello con lo que estamos en resonancia. O sea este razonamiento conduce a la identidad del mundo exterior, con el mundo interior (individuó).

PROYECCION: significa que con la mitad de todos los principios fabricamos un exterior, puesto que no lo queremos en nuestro interior.
El “yo” (personalidad), es responsable de la separación del individuó de la suma de todo el SER . El “yo” determina un “tu” que es considerado como lo externo.
Ahora bien, si la sombra está formada por todos los principios que el “yo” no ha querido asumir, resulta que la sombra y el exterior son idénticos. Nosotros siempre sentimos a nuestra sombra como algo exterior pues si la viéramos en nosotros ya no seria la sombra.
Los principios rechazados que ahora aparentemente nos acometen desde el exterior los combatimos con el mismo encono con que los habíamos combatido dentro de nosotros.  Nosotros insistimos en nuestro empeño de borrar del mundo los aspectos que valoramos negativamente. Ahora, dado que esto es imposible, este intento se convierte en una pugna constante que garantiza que nos ocupamos con especial intensidad de la parte de la realidad que rechazamos. Esto entraña una irónica Ley que nadie puede abstraerse, lo que más ocupa al ser humano es aquello que rechaza y de este modo se acerca al principio rechazado, hasta llegar a vivirlo.
Es conveniente no olvidar las dos últimas frases, el repudio de cualquier principio es la forma más segura que el sujeto llegue a vivir este principio.
Según esta Ley, los niños siempre acaban por adquirir las formas de comportamiento que habían odiado de sus padres, los pacifistas se hacen militares, los moralistas, disolutos, y los apóstoles de la salud, enfermos graves. No se debe pasar por alto que rechazo y lucha, significan entrega y obsesión.
Igualmente, la estricta evitación de un aspecto de la realidad indica que el individuo tiene un problema con él.
Los campos interesantes e importantes para un ser humano sos aquellos que él combate y repudia pues lo hecha de menos en su conciencia y le hacen incompleto.
Al ser humano sólo puede molestarle en el exterior los principios que no ha asumido.
Debe quedar en claro que no hay un entorno que nos marque, nos moldee, influya en nosotros o nos haga enfermar: el entorno hace las veces de espejo en que sólo nos vemos a nosotros mismos y también, desde luego y muy especialmente a nuestra sombra, a la que no podemos ver en nosotros.
Del mismo modo, que para ver ciertas partes de nuestro cuerpo necesitamos del reflejo de un espejo,  también para nuestra mente padecemos de una ceguera parcial y sólo podemos reconocer la parte que nos es invisible, “la sombra”, a través de su proyección y reflejo en el llamado entorno o mundo exterior.
El reconocimiento necesita de la polaridad, el reflejo en pero, sólo sirve de algo a aquel que se reconoce  en el espejo: de lo contrario se convierte en una ilusión.

Con infinito amor como siempre, nos seguimos pensando, Lily y Pato