miércoles, 16 de marzo de 2011




 EL CEREBRO REPTIL SE RESISTE A QUE CAMBIEMOS

Nuestro cerebro se divide en tres partes, formando tres computadoras biológicas, que fueron conformándose uno tras otro para asumir a lo largo de la evolución un organismo más complejo.
Si bien son independientes, interactúan entre sí:
·       Cerebro Reptil: se encarga de todo lo que aconteció en nuestro  pasado.
·       Cerebro Medio: se ocupa de nuestro presente.
·       La Corteza: planifica nuestro futuro.

El cerebro está conformado por muchas partes.
Sólo nos ocupamos en este espacio de lo que interpretamos sobre el cerebro reptiliano y su influencia en la dificultad de efectuar cambios.

El cerebro reptiliano es responsable de tres aspectos importantes de nuestra existencia:
v   Cubre necesidades relacionadas con el instinto, en especial el sexual, a través de conductas elementales rutinarias y ritualistas (galanteo, relación sexual y búsqueda del hogar). Cuando predomina es tiránico, haciéndonos “perder la cabeza cuando nos apasionamos”, no nos permite pensar. Literalmente tenemos inhibida la corteza por la detonación del cerebro reptil.
v   Establecer y defender territorios, a través de la propiedad privada y de cuanto hace el hombre para defenderla delimitando los territorios.
v   Conformando jerarquías. Este cerebro nos induce a reconocer una jerarquía y respetarla a través de “posesiones”y “jerarquías de autoridad”, para que esto suceda, debe haber alguien que reconoce este tipo de relación acatando las disposiciones.

El Cerebro Rectilíneo aflora cuando considera que “su” posesión está en peligro de pérdida, activando los mecanismos para defenderla.
Este Cerebro Rectilíneo es el que se adhiere a lo ya conocido, no le gusta explorar ni conocer cosas nuevas y no se arriesga.

“Mc Lean, expresa que:  “Los reptiles aborrecen los cambios”, por lo que podría ser esta tendencia en nosotros la que nos ata a las ceremonias, los ritos, convicciones religiosas y los punto de vista políticos esclerosados”.

Esta vez queremos agradecerle al Padre Gerula, que al leer su libro “Energía Radiante”, nos llevó a pensarnos un poco más para ver si así logramos efectuar los cambios que nos permitan relacionarnos armoniosamente.

Con amor, nos seguimos pensando Lily y Pato.

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